Yo nunca supe cantar
mis deseos secretos
fantasmas de mi mismo
tristes cantos viejos
tampoco nuevos amores
dulces de recordar
leyendas y cariños
fuentes en el desierto
bajo claras sombras
quedase mi sueño
cuando oigo tu voz
en este salón polvoriento...
Sesión del Consejo, Roma junio de 2004
Nenhum comentário:
Postar um comentário